miércoles, 30 de abril de 2014

Mega-Galletas integrales de avena y arandanos

Conocéis el nuevo libro de Alma Obregón???, debo reconocer que esta chica me encanta, me resulta tan dulce y tierna como los cupcakes, tartas, galletas y demás repostería que elabora. Si no conocéis su trabajo os recomiendo que os paséis por su blog Objetivo Cupcake Perfecto y echéis un vistazo a las increíbles recetas que comparte con todo el mundo.Bueno, pues resulta que durante la Semana Santa bajamos a Madrid a comer con mi suegra; antes comíamos en su casa, mi suegra cocina de lujo y siempre ha sido un placer ir a comer con ella, pero claro, los años pasan para todos y desde hace ya algún tiempo hemos optado por ir, o bien a merendar, o bien a comer al Vip's, la verdad, es que son locales muy cómodos para ir con niños, y después de merendar o de comer se entretienen muchísimo con los cachibaches, libros y multitud de cosas que tienen.
Pues bien, mientras que ese día mis hijos miraban la multitud de cosas curiosas que tienen, vi el ultimo libro de Alma Obregón y decidí comprarlo, pero mi suegra no consintió en que lo pagara y me lo regalo ella, la excusa fue que de los frutos del libro ella se iba a beneficiar porque siempre que vamos a verla le llevo galletas o magdalenas o lo que haga el día antes. Total, que me vine a casa feliz como una perdiz con mi nuevo libro del que, ya hemos disfrutado alguna que otra receta.


Hoy me he puesto a trastear con el libro. Tenía ganas de hacer unas galletas con algo más de fibra que las que acostumbro a hacer. En el libro de Alma hay una receta de galletas veganas, muyyyyy sanitas a base de arándanos y copos de avena, y justo tenía de esas dos cosas en casa, pero la verdad, pese a que los ingredientes que usa Alma en la receta son variados y muy ricos, a mi me daba la sensación de que iba a resultar una galleta un poco insulsa. A ver, a mi me gusta ser sana, pero no tanto, jajajaja, así que he cogido la receta de Alma y la he puesto patas arriba, la he cambiado entera, enterita, vamos que de vegana le ha quedado poco por no decir nada porque de entrada metí el huevo, cambié la leche a la de vaca, el aceite lo cambié por mantequilla, y las cantidades de los ingredientes originarios de la receta también los varié, y mientras las preparaba pensaba que me estaba metiendo en camisa de once varas, que seguro que salía un desastre incomible de galleta, pero cual ha sido mi sorpresa, la galleta resultante no solo se puede comer a placer, sino que además es exquisita. La textura, que yo pensé que iba a resultar un tanto seca y pesada de tragar, ha resultado ser jugosita, se come con mucha facilidad, y es una galleta con un toque abizcochado. Vamos, no le encuentro fallos a excepción del maxi tamaño que tienen, no tuve en cuenta que entre el huevo, el bicarbonato y la mantequilla, iban a crecer más de lo que decía Alma, pero bueno, ver semejante galletas alegra la vista, jajajaja.

No me digáis que no tienen una pinta estupenda estas galletitas casi veganas, jajajajaja


Si, bueno, ya se lo que me vais a decir, menos hablar y más enseñar, ya voyyyyy, tranquilas, ahí va la receta y  la explicación. Alma, con tu permiso, y perdón por la masacre que he hecho con tu receta.

INGREDIENTES:

- 100 gr de mantequilla
- 70 gr de azúcar blanco
- 60 gr de azúcar moreno de caña
- 1 huevo mediano
- 3 cucharadas de leche
- 2 cucharadas de miel
- 1 cucharada de maicena
-1/4 de cucharadita de bicarbonato sódico
-150 gr de harina integral
- 80-100 gr de copos de avena (yo he puesto 80 gr pero creo que admite perfectamente 100 gr y facilitaría el manipulado de la masa)
-50 gr de arándanos rojos desecados

ELABORACIÓN:

Antes de empezar, recordar que los ingredientes deben estar a temperatura ambiente, máxime cuando entre ellos tenemos mantequilla si nuestros ingredientes están a temperaturas distintas, nuestra mantequilla se cortará y la masa tendrá un aspecto un poquito feo. Es cierto que lo podríamos arreglar batiendo mejor la mezcla, pero eso nos dará un trabajo innecesario.

Lo primero que debemos hacer es mezclar nuestra mantequilla a punto pomada con la miel, el azúcar blanco, el azúcar moreno, la leche y el huevo. Batimos hasta obtener una masa uniforme.






Por otro lado, mezclamos nuestra harina integral con la maicena y el bicarbonato, tamizamos y añadimos a la mezcla anterior batiendo hasta conseguir que la mezcla sea suave y homogénea. A continuación añadimos los copos de avena y los arándanos, y mezclamos.





Ahora vamos a dejar reposar nuestra masa en el frigorífico durante 20-30 minutos, tiempo que aprovecharemos para preparar dos bandejas de horno que cubriremos con papel para hornear, y precalentar nuestro horno

HORNO A 180º CALOR ARRIBA Y ABAJO

Ahora tomamos porciones de nuestra masa (yo las he hecho con la cantidad que cabe en una cuchara, pero con copete, jajaja), hacemos unas bolas y las aplastamos. Dejamos suficiente separación entre las porciones dado que crecen bastante y si no están separadas se nos pegarán las unas a las otras.


Horneamos durante 10-12 minutos o hasta que los bordes de nuestras galletas adquieran un color doradito. Sacamos del horno y dejamos templar durante 5 o 10 minutos en la placa o bandeja. Transcurrido este tiempo pasamos a la rejilla hasta que estén completamente frías, y ya están dispuestas para ser degustadas



Buen provecho.

Espero que os gusten estas galletitas tanto como nos han gustado en casa. Anímate a hacerlas y a contarme que te parecen.

Besos y nos vemos en la próxima receta

lunes, 28 de abril de 2014

Al rico requesón

Ya os dije que me iba a dar prisa en compartir alguna de mis recetillas con vosotras, y es que, sinceramente, necesito ir poniendo un poco de orden entre mi montaña de papelitos con recetas y anotaciones que tengo esparcidas a lo ancho y largo de mi cocina.
La verdad, me hubiera gustado empezar con un exquisito dulce, pero he aprovechado uno de los ingredientes de una preparación a largo plazo para darme un pequeño capricho y elaborar un exquisito requesón que me zamparé con ganas en los desayunos, aunque vosotras, si os animáis a hacerlo, podéis utilizarlo en la elaboración de alguna tarta o dulce que os guste.

Y ya se que diréis que vaya un capricho absurdo que me doy, pero os aclaro, para mi es todo un lujo el poder comer un trozo o una porción de queso que no sea de burgos porque, como algunas de vosotras sabéis, el encargado de la intendencia en esta casa es mi maridito, y mi queridísimo maridito odia todo aquello que huela a queso o tenga algo que ver con el queso, así que cuando hace la compra, no incluye en la cesta otro lácteo quesero que no sea el de burgos, y eso porque a los niños les gusta, que si no, ni eso compraría. En estas condiciones, os imagináis que, o bien salgo yo a comprar un trozo de queso, o bien me lo fabrico, y como para salir a comprar queso tengo que coger el coche, y eso tampoco me mola salvo que sea cuestión de vida o muerte, desde hace tiempo he optado por hacérmelo yo misma, y vosotras diréis, es sencillo, es rápido y mirar el resultado


No me digáis que no tiene una pinta tan buena que dan ganas de liarse a chupetear la pantalla del ordenador, jajajajaja

Bueno, si, que ya se que lo que os interesa es la receta y modus operandi y no tanta conversación, así que no me enrollo más y voy al lío.

Para hacer vuestro requesón casero vais a necesitar simplemente leche y zumo de limón, ni más ni menos, ni menos ni más, jajajaja. Yo empleo dos litros de leche y el zumo de un limón


Elaborar este exquisito requesón es algo muy simple y relativamente rápido. Lo primero que debemos hacer es poner nuestra leche en una cacerola lo suficientemente amplia para que entre toda la leche. Exprimimos nuestro limón y comenzamos la preparación propiamente dicha, añadiendo a nuestra leche tres cucharadas soperas de nuestro zumo de limón.





Removemos un poquito nuestra leche con una cuchara de madera, y ahora toca dejar reposar un rato la mezcla, y es aquí donde los diferentes tutoriales que encontrareis en la red nos marean y marean sin parar. En unos nos dicen que dejemos reposar un mínimo de tres horas, en otros un mínimo de seis, y los hay en los que el reposo no es necesario y pasan directamente al siguiente paso de la elaboración. Yo, he buscado el punto intermedio, y habitualmente lo dejo reposar entre media y una hora, aunque debo reconocer que en algunas ocasiones en las que el tiempo me apremiaba lo he dejado reposar tan solo cinco minutos, y el requesón ha salido perfectamente bien, aunque, también os debo decir que en estos casos me ha sido más costoso el paso final de la elaboración. No se si tendrá o no que ver, pero lo cierto es que me ha resultado más sencilla la terminación del producto cuando lo he dejado reposar media o una hora que cuando tan solo he esperado cinco o diez minutos, pero vosotras seréis las que decidáis al final el tiempo de reposo que vais a aplicar.

Transcurrido el tiempo de reposo, ponemos nuestra cacerola al fuego y llevamos la leche a ebullición. No es necesario dejar hervir durante un tiempo determinado, simplemente hay que llevarlo a ebullición, y una vez alcanzado este punto, retiramos nuestra cacerola del fuego y dejamos templar el contenido durante cinco o diez minutos.


Una vez que ha templado un poco nuestra leche añadimos otras tres cucharadas soperas de  zumo de limón y removemos un poco con nuestra cuchara de madera. Observaremos como poco a poco se van formando pequeños cuajos de la materia sólida de  la leche, y como el suero, de color amarillento se va separando, y llegará un punto en el que la parte solida y la líquida de la leche serán claramente visibles. Este es el momento de proceder a separar ambas partes




Tomamos un colador, preferiblemente de tamaño grande y un paño de algodón bien limpio. Ponemos nuestro paño sobre nuestro colador y volcamos sobre él el contenido de nuestra cacerola. Si no tenemos un colador grande siempre podemos usar un escurridor de verdura ya que al tener nuestro paño para filtrar el líquido, no perderemos ni un pequeño trozo del cuajo de nuestro requesón. Ayudaremos a drenar el líquido retorciendo un poco el paño y dejaremos durante unas horas suspendido nuestro paño con el requesón dentro hasta que deje de gotear suero.



Ahora ya está listo para usar en lo que quieras. Yo, como he dicho, lo utilizaré para desayunar durante unos días, con unas cucharaditas de miel y unas nueces picaditas, placer de Dioses, ummmm, que rico.



A disfrutarrrrr

Otro?, os diré porque

Hoy, quiero presentaros un nuevo blog; algunos diréis que otro más a mi colección, porque si,con este, ya son tres, pero en esta vida, todo tiene su porque, y estoy convencida de que vosotros también lo vais a entender. Si, ya se, lo lógico sería tener uno solo y en él, ir compartiendo, aunque solo sea conmigo misma, todas esas cosas que hago y de las que de un modo u otro me siento orgullosa o simplemente me llenan, pero la verdad, dentro del caos que reina en mi universo, no concibo un cajón desastre en el que meter todas las cosas que me gustan, necesito separar por facetas o temas porque dentro de mi desordenada vida, necesito un cierto control, un cierto nivel de organización.
Aunque se que esta diversificación conlleva una multiplicación de esfuerzos y también la inactividad durante largos periodos de tiempo de uno u otro blog, creo que el resultado final merecerá la pena. Tengo que reconocer que funciono a impulsos compulsivos, y lo mismo trabajo en mi arcilla polimérica, que en mis flores kanzashi, que en mis cuentas y cristales, que decido probar a hacer un bolso de trapillo o un biscornu a punto de cruz, bueno, esto último no es demasiado frecuente, y de hecho, mi blog de punto de cruz está inactivo desde que comencé con mis problemas de cervicales, pero nunca descarto retomar algún trabajo de esos que quedaron a medias cuando tuve que dejar de bordar y poder compartirlo en aquel que fue mi primer amor.
Como la gran mayoría de mujeres, y de hombres ( que cada vez más, ellos también lo hacen y muy bien), cocino casi a diario, y lo hago no sólo por la necesidad de alimentar mi cuerpo y el de los míos,( más el de los míos, en plena edad de crecer, que el mio ya tienen todo lo que necesita y algo más también jajaja), sino también, y en muchas ocasiones, por el mero placer de cocinar, por el placer de deleitar mis sentidos con los aromas, los olores y los sabores que nos regalan los alimentos. No pretendo llegar al nivel de muchos de esos cocineros blogueros que comparten desinteresadamente con el mundo sus fantásticas creaciones y su saber culinario, y es que la verdad es que este blog surge más como una necesidad que como un medio de compartir. Si, si, digo NECESIDAD, y nunca mejor dicho: NECESIDAD de ordenar el desastre de recetario que tengo repartido entre innumerables libretas, cuadernillos, folios, cuartillas y simples trozos de papel, que voy dejando por cualquier rincón de la casa y que luego soy incapaz de encontrar cuando decido repetir una determinada receta, NECESIDAD de tener recopiladas todas las recetas que me gustan, todas aquellas que encuentro por la red y que pongo en práctica, pero que luego soy incapaz de volver a localizar; NECESIDAD de tener un lugar al que dirigir a mis amigas cuando me piden una determinada receta sin tener que andar escribiendo una y otra vez correos con la receta en cuestión; en pocas palabras NECESIDAD DE CENTRALIZAR Y ORDENAR. No obstante la NECESIDAD, si de este cuadernillo de bitácoras resulta también un medio para compartir para con quien le pudiera interesar, me daré por más que satisfecha.
Espero que algunas de mis amigas encuentren interesante el contenido que vaya plasmando en mi particular recetario, recetario que por otra parte creo que va a terminar siendo el paraiso de los golosos, y es que lo tengo que reconocer, me muero por un buen dulce, cuanto más grande, más azúcar, chocolate y calorías tenga, mejor que mejor, pero también me gusta el salado, así que espero también compartir alguna recetilla de esas que rompan con la monotonía del dulce sincronizado y pongan una pequeña nota de color a la ensalada, jajajaja.
En fin  y dejaré de hablar y hablar, y empezaré a trabajar en el proyecto de ordenar mi pequeño caos particular. El tiempo me dirá si lo consigo o simplemente termino por ampliar los limites del desorden general que reina en mi recetario, y para muestra, os dejo el botón, jajaja




Besos y espero veros pronto, pero eso si, con una estupenda receta dulce para compartir.